La vuelta a la actividad a pleno rendimiento tras las vacaciones de verano no se hizo esperar. Nada más comenzar diciembre las consellerias de Sanidad y Educación anunciaban la firma de un protocolo de colaboración cuya finalidad es describir el procedimiento que tienen que seguir los centros educativos para atender al alumnado con problemas de salud crónica en horario escolar, la atención a la urgencia previsible y no previsible, así como la administración de medicamentos y la existencia de botiquines en centros escolares. Medida que días después se vio plasmada en una resolución publicada en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana y ante la cual el CECOVA anunció que se estudiaría una posible impugnación de la misma.
Tras ello ambas consellerias hacían un anuncio al más alto nivel con una rueda de prensa conjunta de sus máximos responsables, Carmen Montón y Vicente Marzà, en la que daban cuenta de los planes de ambos departamentos para prestar asistencia sanitaria a los centros de Educación Especial con el apoyo de las enfermeras de los centros de salud de referencia de los citados centros.
Frente común
En ambas ocasiones el CECOVA y los colegios de Alicante, Castellón y Valencia tuvieron una respuesta contundente de crítica por el contenido de ambas iniciativas pero el malestar entre la profesión fue tal que se hizo frente común con el Sindicato de Enfermería SATSE para expresar el rechazo a las mismas. Frente al que se unió el Sindicato Independiente de Enseñanza ANPE dado que los profesores también se veían afectados por ellas.
Así las cosas se redactó un comunicado conjunto que fue remitido a los medios de comunicación en el que se manifestaba que las dos iniciativas sobre atención sanitaria en los centros educativos “no solucionan la problemática sobre la atención sanitaria de los niños y jóvenes en horario lectivo, sino que más bien va a ser peor el remedio que la enfermedad”.
Frente a los “arreglos” a medias y las soluciones parcheadas impuestas con prisas por la Administración, SATSE, CECOVA y ANPE han decidido iniciar un frente común para reivindicar que todos los colegios cuenten con una enfermera escolar de referencia como medida inicial, hasta conseguir en un futuro la presencia de una enfermera escolar en cada centro como ya disponen la mayoría de centros educativos concertados y privados (como siempre los políticos se dedican a que lo público sea de segunda categoría).
Para conseguir este objetivo se anunciaba también que las citadas organizaciones están dispuestas a tomar todas las medidas de presión necesarias.
En el citado comunicado se analizaban individualmente cada una de las dos iniciativas de la Administración y se decía al respecto lo siguiente de cada una de ellas:
1.- Protocolo para que los profesores administren medicamentos en los colegios ordinarios
El nuevo protocolo que deben seguir los centros educativos para atender a los alumnos con problemas de salud crónica o situaciones de urgencias, es un “parche” que no convence a estas tres organizaciones, que han defendido siempre la necesidad de una enfermera en los colegios.
Tampoco convence a los profesores, a los que obliga a responsabilizarse de la salud de los menores, sin que cuenten con los conocimientos y el amparo legal para ello. Obviamente, no convence a las enfermeras, a las que ningunea al no reconocer su papel fundamental en la atención y mejora de la salud de niños y jóvenes.
2.- Enfermeras de los centros de salud para atender los colegios de Educación Especial
La segunda medida adoptada por las consellerias de Sanidad y Educación es que los 47 centros de Educación Especial de la Comunidad cuenten con una enfermera para atender a sus 3.080 alumnos, muchos de ellos con patologías severas, problemas de salud crónicos, enfermedades raras o discapacidades (epilepsias, parálisis cerebrales, problemas psico-motores graves, etc).
Hasta aquí, una medida del todo loable, de no ser porque no se va a contratar a enfermeras para este menester, sino que será una enfermera de un centro de salud cercano al colegio la que compatibilice su trabajo diario en el centro de salud con su nueva función en el colegio. En resumen, los mismos recursos humanos pero con el doble de tareas.
Tiempo insuficiente
SATSE, CECOVA y ANPE también rechazan esta medida ya que el tiempo de permanencia de las enfermeras en los centros de educación especial –solo el 80% de los centros dispondrá de una enfermera más de cuatro horas al día- es totalmente insuficiente, puesto que estos niños continuarán expuestos en la mayor parte del horario escolar a las complicaciones derivadas de su delicado estado de salud. Igualmente, todo ello supone contar con una enfermera menos en el centro de salud, teniendo en cuenta que las plantillas de los mismos están al límite por la falta de personal.
Las actuaciones conjuntas llevaron también a enviar una carta a los directores de los colegios de la Comunidad Valenciana exponiéndoles la situación.